E. Guillamón
domingo, 15 de mayo de 2011
No detengo nunca a un hombre
cuando quiere marcharse.
Supongo que si son tan imbéciles como para dejarme
no me merecen.
Sea como sea,
seguí fumando & empecé a notarme rencorosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario